Con el corazón roto e inconsolable, una mujer de Filadelfia busca respuestas luego de que el virus del ébola mató a dos de sus hijos en un periodo de apenas unas semanas.
“No puedo soportarlo. No puedo dormir. Cada día pienso en ellos”, dijo Georgia Nah, del suroeste de Filadelfia.
Nah salió a la luz pública el 25 de julio, cuando su hijo, Patrick Sawyer, de 40 años, se convirtió en el primer estadounidense muerto por el virus.
Sawyer enfermó solo unas semanas después de visitar a su hermana enferma, Princess Nyuennyue, de 27 años, quien fue hospitalizada a principios de julio en Liberia, donde vivía con su prometido y su hijo.
Patrick Sawyer y Princess Nyuennyue fueron las víctimas del mortal virus.
“Ni siquiera sabía que ella estaba enferma”, dijo Nah ahogada en llanto.
Nyuennyue murió el 7 de julio, un día después de que su hermano la visitó.
Pero oficiales del hospital no le hicieron las pruebas del ébola a la mujer hasta después de que murió, lo cual implicó que el hermano no tuvo manera de saber que estuvo expuesto al virus.
Dos semanas después de la muerte de su hermana, Sawyer, quien vivía en Liberia desde el 2008 por su trabajo con el Ministerio de Finanzas del gobierno extranjero, fue enviado a Nigeria.
El hombre colapsó tan pronto como el avión aterrizó el 20 de julio, y fue llevado a un hospital, donde fue puesto en cuarentena hasta que murió cinco días después. Dejó a su esposa y tres hijas, a quienes visitaba regularmente en su casa en Minesota.
“Eran buenos hijos”, dijo Nah.
Nyuennyue fue enterrada en Liberia. Pero más de dos semanas después de la muerte de Sawyer, la familia aún intenta transportar sus cenizas a los Estados Unidos.
“Que por lo menos me envíen algo. Quiero saber que hay certificados de defunción y los resultados del ébola. No tengo nada”, dijo la madre.
Un servicio en memoria de ambos hijos de Nah será realizado en Filadelfia el 23 de agosto.
