Atónita, perpleja y con el rostro repleto de lágrimas una madre puertorriqueña en Filadelfia todavía no supera la muerte de su hija en una balacera.
La víctima Aslemarie Torres falleció tras varios tiros en la cabeza mientras regresaba de “comprar comida” con su madrastra Liliana Mendoza a casa de su padre. Ambas mujeres, de 35 y 19 años respectivamente, fueron ultimadas en la camioneta cuando se estaban estacionando para ingresar a la vivienda con los dátiles.
“Salieron a buscar comida. El mundo se me cayó. Ninguna madre está preparada para esto”, sostuvo la progenitora de la joven quien no quiso ser identificada ante las cámaras.
El hecho de sangre ocurrió el pasado 12 de julio en la noche.
A diez días del fallecimiento de su hija, la madre abnegada inició un novenario, por su fiel creencia religiosa, en la memoria de su hija quien se acababa de graduar de Frankford High School y quería iniciar estudios en justicia criminal.
“Todavía no sé cuántos balazos cogió mi hija”, sostuvo la madre.
Una de las vecinas, María Roche, describió el acto como “una crueldad”. “La vi a ella sin movimiento en el carro, fue un momento triste bien horrible”.
EEUU
Keylla Rodríguez, otra de las vecinas y amiga de la madrastra, dijo: “que se entregan, que alguien diga algo, porque esto no se puede quedar así. Eran dos mujeres inocentes”.
Por su parte la progenitora de Alesmarie, quien se ha aferrado a su fe, agregó que “no me siento molesta, me siento vacía. Me mataron en vida. Esto no se los deseo ni a ellos (los gatilleros) que los veo como mis peores enemigos”.
Según las autoridades el caso podría extenderse en cuanto a la investigación respecta porque hasta el momento están estudiando imágenes de vigilancia del lugar.
