Un joven hispano, con familia en Filadelfia y Puerto Rico, agradece la segunda oportunidad de vida que tuvo al lograr escapar de la masacre generada en el club Pulse, en Orlando.
Christopher Morales, de origen puertorriqueño, relató que quedó sepultado entre varios de los cadáveres de sus amigos cuando el gatillero Omar Mateen abrió fuego de forma indiscriminada.
“Estábamos en la pista de baile cuando todo comenzó y vi a las personas caer. Dos de mis amigos cayeron encima mío”, explicó con dificultad el joven quien recibió cuatro balazos en las piernas y la cadera.
Dijo que una vez sintió que el gatillero se había movido de la pista de baile (momento en el que Mateen se atrincheró en un baño con otras víctimas) movió a sus amigos para ver si estaban con vida, pero no tuvo éxito, por lo que se dispuso a salir del establecimiento.
“Gracias a Dios estoy aquí y con vida. Tanto yo como el resto de los sobrevivientes tenemos que aprovechar esta segunda oportunidad de vida”, recalcó.
Pese a su estado de salud Morales se encuentra positivo ante el proceso de recuperación que le espera. Uno de sus mayores temores era no volver a caminar, pero la noche del martes pudo dar sus primeros pasos desde lo acontecido con ayuda.
El joven es parte de los 53 heridos que sobrevivieron la masacre de 49 personas en el club Pulse de Orlando.
