Surgen lagunas sobre muerte de oficial penal en motín

El sargento Steven Floyd fue asesinado por los reclusos durante el motín.

El gobernador de Delaware, John Carey, describió la toma de rehenes en el centro correccional de Smyrna como “una tortura” que se asegurará de que no vuelva a ocurrir.

Hasta el momento las autoridades no han develado la causa de la muerte del guardia penal Steven Floyd, uno de los cuatro rehenes tomados en el motín generado por los reclusos el pasado miércoles en el Edificio C de la penitenciaria de máxima seguridad.

Se informó que los reos utilizaron objetos punzantes para amordazar a los rehenes. En total fueron cuatro, tres guardias penales y una consejera. Solo se registró una baja.

Informaron que los presos metieron a Floyd en un closet, porque este había pedido ayuda por radio al momento del altercado.

Al momento en el que los reos dejaron ir dos rehenes solicitaron que se les restableciera el servicio de agua potable, lo que se ejecutó, y éstos utilizaron el preciado líquido para llenar los casilleros y hacer más fuertes sus barricadas.

Durante las negociaciones, que se extendieron por espacio de una hora a través de un radio (walkie talkie), el mediador requirió hablar con Floyd para asegurarse de que estaba en buenas condiciones, pero no pudo. La respuesta fue inmediata, los reclusos permitirían que la víctima hablara cuando pudieran tener acceso al Gobernador.

Al parecer los amotinados requerían “una disculpa pública” del primer mandatario de Delaware por aparentes “décadas de opresión”.

Floyd, un veterano penal de 16 años, fue el primer oficial correccional de Delaware asesinado en el deber.

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