Varias personas marcharon el miércoles hacia las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos en Filadelfia, para pedir que se cancele la orden de deportación de una mujer hispana, que lleva refugiada 31 días en una iglesia de la ciudad.
Ángela Navarro recibió una orden de deportación hace 10 años, y ahora la madre hondureña dice que se pasa los días planificando qué hacer para impedir que la saquen del país.
Su familia y varios líderes comunitarios se citaron a las afueras de las instalaciones de los servicios de inmigración, en el centro de Filadelfia, con 200 cartas y más de 6,000 firmas de personas que piden que se detenga la orden de deportación.
La hija de Navarro le entregó los documentos a un oficial, quien le respondió fríamente.
La madre es una de nueve personas en los Estados Unidos que están viviendo en un santuario hasta que se produzca una hipotética cancelación de su orden de deportación. Mientras tanto, dice que va a seguir adelante.
