DACA: los afectados y los números de la crisis migratoria

Karely Lizárraga recuerda cuando a los 4 años cruzó la frontera entre Estados Unidos y México con sus padres. Después de eso su vida fue distinta al de las niñas con las que se crio.

Sus familiares a temprana edad le dejaron saber que no podía regresar a la tierra azteca, por temor a no poder regresar a la nación a la que habían llegado para hacer sus respectivas vidas.

“Cuando mis amigas comenzaron a aprender a manejar para sacar sus licencias y a solicitar trabajo fue cuando empecé a sentir que era una persona de segunda categoría”, dijo Lizárraga.

Tras graduarse de secundaria logró ingresar en la Universidad de Pensilvania bajo el programa de acción diferida, mejor conocido como DACA. “Tener DACA fue como tener las puertas abiertas”, sostuvo. Tras culminar sus estudios halló trabajo como educadora de niños de bajos recursos.

Por eso cuando la administración del presidente Donald Trump anunció el fin de DACA su sentir de pertenencia fue permutando al igual que el de los 800 mil integrantes del programa.

Hoy en día sigue con las inquietudes del pasado, pero con ganas de seguir adelante. "He tratado de mantener mi diario vivir lo más normal posible, porque sé que ésta va a ser una lucha bien larga", mencionó la joven quien renovó DACA hasta el 2019. 

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