Familiares y amigos de Keisha Jenkins, la transgénero baleada en dos ocasiones en la espalda, están indignados ante la violencia que vivió la víctima.
“Empecé a llorar cuando me enteré porque eso le puede pasar a cualquiera de nosotras”, destacó June Martínez quien es amiga de la afectada.
Explicó que Jenkins “hacía la diferencia” en las calles de la ciudad dejando a un lado la prostitución y la venta de drogas.
Se informó que los hechos se remontan a la madrugada del martes cuando Jenkins fue atacada por un vehículo en el que había alrededor de cinco ocupantes y uno de ellos desenfundó un arma y le disparó. Todo ocurrió en la intersección de 13th Street y Wingohocking.
“Es difícil entender el comportamiento en contra de mi comunidad”, destacó Katrina Robinson, miembro de las entidades LGBT.
Estadísticas de la comunidad LGBT establecen que 21 personas transgénero murieron en el 2014 en Estados Unidos duplicando las cifras del 2012.
La Policía dijo que era muy prematuro categorizar el crimen como uno de odio, por lo que siguen investigando.
