reportaje especial

Enrique Andrés libra dura batalla genética con una sonrisa

El pequeño de seis años padece de anemia de células falciforme.

Telemundo

Con tan solo seis años, Enrique Andrés lleva una batalla contra la genética y quien lo ve, no sospecha la gran cantidad de hospitalizaciones y atenciones médicas a las que fue sometido.

El niño boricua, quien sueña con convertirse en Policía y canta feliz al ritmo de “Estamos bien” de Bad Bunny, sobrepasó ocho transfusiones de sangre, una operación de bazo, sobre 20 hospitalizaciones y un infarto en los pulmones a los cuatro meses de nacido, a causa de la anemia de células falciforme que padece.

Este padecimiento produce cambios en la forma de los glóbulos rojos, responsables de que circule el oxígeno por la sangre y, al cambiar la forma, produce crisis de dolor y cambios en la temperatura, accidentes cerebrales, inflamaciones en el pecho, e incluso, la muerte, según los expertos.

“Él nos ha demostrado que con una fiebre de 102, 101, no hay límite. Tú lo puedes ver bailando, brincando, quiere ir a la escuela. Él no se deja, no pone esto como excusa”, dijo su papá, Enrique García Melchor, a Telemundo 62. “Este niño es un milagro. Es milagro tras milagro. Todas las cosas que dicen que puede pasar, y el sobrepasa todo”.

Y ahora esperan sobrepasar un nuevo reto, que es que el niño pueda sanar para seguir disfrutando del baile, la música y las matemáticas, actividades que, dijo, son sus favoritas.

Según los expertos, la anemia falciforme afecta más a la comunidad afroamericana y a la comunidad latina. Se añadió que el cinco por ciento de la población que se atiende en el Hospital de Niños de Filadelfia con esta enfermedad, es hispano, enfrentando grandes retos pues los costos de los medicamentos van desde 80 hasta 100 mil dólares al año.

El niñito Enrique Andrés es paciente de la enfermedad de "sickle cells" en el Philadelphia Children's Hospital, donde buscan una cura para la misma condición.

Según estudios, hace 15 años, solo un 40 por ciento de los pacientes llegaba a los 20 años, cifra que ha aumentado a un 90 por ciento en los últimos años.

La única cura que hay en este momento es un trasplante de médula, algo que causa preocupación a los padres de Enrique Andrés, ya que el cuerpo pudiera rechazarla.

El nene depende de cuatro medicamentos diarios para mantenerse estable, sumado al tratamiento que se realiza en el hospital como parte de una solución a este mal.

“Queremos una cura. Arreglar ese código genético que está erróneo y que no le dé más crisis. Es un bebé, queremos que tenga una vida normal”, dijo su papá.

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