La corte suprema de Pensilvania determinó el viernes que las boletas adelantadas y por correo, para la elección del tres de noviembre, no deben ser descartadas porque la firma del elector sea distinta a la de la inscripción.
Dos juristas republicanos se unieron a cinco demócratas para tomar la decisión.
El veredicto fue una victoria para uno de los oficiales electorales más predominantes del estado, Kathy Boockvar, quien ha cabildeado por que se tenga en cuenta la petición.
La funcionaria explicó que rechazar una boleta por que las firmas no sean semejantes podría convertirse “en un riesgo arbitrario de base subjetiva” que no le permite al votante verificar el desenlace del sufragio.
El fallo llega en medio de la polémica generada por el voto por correo y el descarte de las mismas por razones técnicas.
Pensilvania es catalogado como clave en la contienda electoral.
