Dura despedida en NJ a padres mexicanos deportados

Oscar y Humberta Campos abordaron un vuelo a las 6:00 a.m. del viernes en Newark, NJ.

“No hay distancia, porque siempre los llevo en el corazón”, esas fueron las últimas palabras de Oscar Campos, el padre mexicano quien cumplió con una orden de deportación la mañana del viernes junto con su esposa Humberta.

La pareja, quien ha estado gestionando “un milagro” para no salir de Estados Unidos, enfatizó en que “hay mucha gente buena, no se desanimen sigan luchando”.

Oscar y Humberta Campos hicieron su vida en Bridgetown, Nueva Jersey hace 24 años, que es la edad de su hijo mayor. Tienen otros dos vástagos, de 22 y 16, respectivamente. Todos estos se quedan en la zona.

La familia iniciará una nueva etapa en su natal México dejando atrás un negocio propio y una casa en en el Estado Jardín que ocuparán sus retoños. “Luchen por sus sueños que la vida sigue y siempre va a haber gente buena que los va a apoyar”, agregó Oscar.

El pasado miércoles los Campos se unieron a un grupo de la Parroquia de la Santa Cruz en un círculo de oración por su caso frente a las oficinas del senador Cory Booker en Camden. Al día siguiente (jueves) hicieron lo mismo en las oficinas de ICE donde les ratificaron la inminente orden de deportación. Entre lágrimas y visiblemente compungidos trataron de calmar los ánimos de familiares y amigos, en especial de sus tres hijos.

La deportación se cumplió el viernes, a las 6:00 a.m., en el Aeropuerto de Newark donde la pareja tomó un vuelo hacia la Ciudad de México.

En una entrevista previa Humberta Campos dijo que temía regresar al país azteca debido a que “cuando mataron a mi papa a mí me secuestraron”.

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