Pensilvania

Veredicto en juicio ante matanza en Bucks County

La matanza se registró en la granja familiar de uno de los acusados.

ACTUALIZACIÓN: La Fiscalía determinó el lunes 18 de noviembre que no hay cabida para la pena de muerte en este caso.

Sean Kratz fue hallado culpable por asesinato en primero y segundo grado por una de las muertes en la matanza de tres jóvenes en Bucks County, así como de homicidio por dos de las víctimas restantes.

Así lo decidió un jurado en la corte de Filadelfia el viernes tras varios días de deliberaciones y dudas con relación al caso que se hizo popular en el 2017.

La matanza, liderada por el primo de Kratz, Cosmo DiNardo tuvo lugar en la finca de la familia de éste donde además se enterraron los cadáveres de Dean Finocchiaro, Mark Sturgis y Tom Meo.

Kratz, de 22 años, enfretó cargos por ayudar a su primo a matar a tres jóvenes en una granja de Pensilvania, perteneciente a su familia, hace más de dos años.

Kratz está acusado de tres cargos de homicidio, además de conspiración, robo, abuso de un cadáver y posesión de un arma. Si es declarado culpable, podría enfrentar la pena de muerte.

Su primo y presunto conspirador, Cosmo DiNardo, se declaró culpable el año pasado de los asesinatos y recibió cuatro cadenas perpetuas consecutivas.

El miércoles por la mañana, los seres queridos de las víctimas acudieron al juzgado de Bucks County, en Doylestown, a pesar del frío extremo que arropaba la zona ese día. Dentro de la sala del tribunal, llenaron una sección completa detrás de los fiscales. Al lado de Kratz solo estaban su madre, Vanessa Amodei, y un joven no identificado.

El juez Jeffrey L. Finley declaró al jurado que hay cinco posibles veredictos que podrían alcanzar bajo el estatuto de homicidios de Pensilvania: asesinato en primer grado, asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado, homicidio involuntario y homicidio voluntario.

Le llevó más de una hora leer sus instrucciones. Después del almuerzo, el jurado regresó con varias preguntas para la corte, incluida una solicitud para volver a ver un clip de 20 minutos de Kratz hablando con su madre.

En la cinta, grabada en 2018 mientras Kratz estaba bajo custodia policial, parecía nervioso y abrumado por su interrogatorio. Repetidamente estalló en sollozos, mientras su madre lo consolaba y lo presionaba para que les dijera la verdad.

"Debes ser tan honesto y claro como puedas", dijo Amodei en la cinta. “[Al diablo] con la familia. Tu familia te puso en una posición en la que no deberías estar".

Kratz continuó describiendo a su primo como un "lunático" y un "psicópata". Dijo que no puede dormir en la cárcel, que le duelen las piernas. Sobre todo, estaba confundido por lo que DiNardo le dijo a la Policía y lo que realmente sucedió.

"Solo quiero llorar", le dijo a su madre.

"No puedes traerlos de vuelta", respondió en el momento, refiriéndose a las víctimas. "Pero puedes darles justicia. Se lo merecen".

Kratz ha estado bajo vigilancia de suicidio desde el viernes, lo cual es estándar para los casos capitales en Pensilvania. Se esperaba que tanto él como DiNardo testificaran durante el juicio, pero ninguno tomó la silla de los testigos.

La semana pasada, los fiscales describieron los asesinatos como "uno de los días más horribles en la historia de Bucks County”.

Durante los argumentos de apertura, los fiscales y el equipo de defensa de Kratz presentaron dos versiones muy diferentes de lo que sucedió en julio de 2017 cuando las víctimas: Dean Finocchiaro, de 19 años, Mark Sturgis, de 22 años, Tom Meo, de 21, y Jimi Taro Patrick, de 19, fueron asesinados.

Kratz y DiNardo estaban en una "misión para matar, robar y enterrar cuerpos", dijo la fiscal adjunta del distrito de Bucks County, Mary Kate Kohler, durante las declaraciones de apertura. "Fue uno de los días más horribles en la historia de Bucks County”.

Los fiscales argumentaron que Kratz y DiNardo trabajaron en conjunto durante varios días para atraer a las víctimas a la granja familiar de DiNardo con el pretexto de venderles marihuana.

Allí, los cuatro fueron asesinados a tiros. Tres de los cuerpos de las víctimas fueron rociados con gasolina y quemados en un tostador de cerdos improvisado, según las cintas de confesión obtenidas exclusivamente por nuestra cadena hermana NBC10. El abogado de Kratz, A. Charles Peruto Jr., ofreció una opinión diferente. Describió a su cliente como que tenía un coeficiente intelectual bajo y que era "presionado por un psicópata".

"La evidencia mostrará que los cuatro estarían muertos con o sin Sean Kratz", dijo.

Los miembros del jurado también escucharon a la madre de Tom Meo, quien relató haber llamado a la Policía cuando su hijo desapareció.

El baño de sangre comenzó el 5 de julio de 2017 cuando Jimi Taro Patrick, el antiguo compañero de clase de DiNardo, intentó comprar cannabis a DiNardo. En cambio, le dispararon en la espalda y lo enterraron a solo 10 pies de donde murió.

Dos días después, DiNardo organizó otro acuerdo de venta de marihuana que supuestamente involucró a Kratz. Los primos estaban destinados a robar el dinero de Finocchiaro y tal vez incluso matarlo. No sería la primera vez que DiNardo hacía eso, le dijo a Kratz, según su confesión.

"Quería que le robara en el bosque y le disparara, tomara su dinero", dijo Kratz en su cinta de confesión. "Simplemente no podía hacerlo".

Excepto que disparó, Kratz continuó diciendo en su confesión.

"[DiNardo] me dio una señal: un gesto con la mano como un arma", dijo Kratz en la grabación. "Estaba un poco indeciso. Saqué el arma. Apunté al aire, cerré los ojos y disparé".

Finocchiaro se derrumbó en el suelo. DiNardo le quitó el arma a Kratz y le disparó fatalmente Finocchiaro, quien estaba moribundo. Kratz vomitó poco después del derramamiento de sangre, le dijo previamente a la Policía.

Los dos asesinatos restantes ocurrieron ese mismo día. Tom Meo y Mark Stargis se presentaron en la granja para comprar marihuana y nunca se fueron. Los investigadores tardarían varios días e innumerables horas en encontrar sus cuerpos y reconstruir lo que sucedió.

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