Luchan por dejar santuario para batallar estatus migratorio

Carmela Hernández agredeció a todos los líderes que se unieron a apoyar su causa.

“Sé que no estoy sola, ni tampoco mis hijos. Siento que pronto todo esto se va a acabar”, dijo Carmela Hernández, la madre mexicana refugiada en una iglesia de Filadelfia tras una inminente orden de deportación contra ella y sus cuatro vástagos.

El lunes el congresista Bob Brady se unió al grupo de líderes locales en apoyo a la mujer y sus hijos quienes llevan en Church of the Advocate desde noviembre pasado.

El legislador dijo que intentará pasar una medida para considerar no solo la estancia de Hernández y sus familiares, sino la de todos los inmigrantes que huyen de sus países por temor a ser asesinados. “Es increíble que todo esto pase cuando este país (Estados Unidos) está lleno de inmigrantes. Mi madre vino de Irlanda y aquí estamos”, sostuvo Brady.

Carmela no dejó de agradecer el apoyo recibido y la gestión de las autoridades con relación a su caso. “Tengo fe en que puedan hacer algo por mi familia para detener la deportación y reabrir nuestro caso. Espero en Dios todo salga bien y que mis hijos y yo podamos salir de la iglesia y ser libres”, agregó la mujer quien en una entrevista previa dijo que huyó de México debido al narcotráfico.

Sostuvo que “no me voy a cansar de dar las gracias, más ahora, que hay personas que se tomaron su tiempo para ayudarnos. Después que entramos aquí (la iglesia) mis hijos han podido ir a la escuela. El miedo existe, pero siento que ya pronto esto se va a acabar”.

Los niños, quienes estaban en la escuela cuando este anuncio se llevó a cabo, son Fidel de 15 años, Keyri de 13, Yoseline de 11 y Edwin de 9. Por los pasados años han vivido en Vineland, Nueva Jersey y ahora residente en el templo junto con su madre.

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