“No sé qué fue lo que hice”, dijo de primera instancia ante un juez, Keenan Jones, acusado de balear a cinco personas en el Walmart de Cheltenhem, Pensilvania la tarde del martes.
El presunto implicado, de 30 años, agregó ante el magistrado que “estoy tratando de procesarlo todo. Estaba estresado”.
Jones fue encausado asalto agravado, intento de asesinato, posesión ilegal de armas y delitos relacionados tras abrir fuego con el arma de su hermana, quien no fue identificada, en la mega tienda justo en la línea de pagar la compra. Se le impuso una fianza de un millón de dólares la que no pudo prestar.
El individuo le dijo al juez que sufre de problemas mentales y que no ha dormido en al menos cinco días antes de pedir perdón por lo ocurrido.
La Policía informó que todo el suceso quedó captado en cámaras de vigilancia por lo que los investigadores analizan paso a paso lo ocurrido.
El establecimiento abrió sus puertas la tarde del miércoles sin mostrar rastro de la violencia desatada el día anterior.
“Ese no es él y no sé qué fue lo que le pasó porque su comportamiento es distinto”, sostuvo Denise Jones, amigo del acusado. “Está actuando como un loco y siempre ha sido muy tranquilo. Es una persona creyente de Dios y me siento mal por lo ocurrido”.
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Henry Mejía, trabajador del área, dijo además que “es el vicio que está acabando con la sociedad y hacen cosas sin pensar en todo el mundo”.
Unas cinco personas resultaron heridas en el evento violento que supuestamente protagonizó Jones.
