Pensilvania

Vaticano se alía con las víctimas de presunto abuso sexual

Unos 300 curas u oficiales del clero fueron acusados de agresión sexual y encubrimiento por décadas.

Como “criminales y moralmente reprensibles” catalogó la Santa Sede las acusaciones de más de 300 sacerdotes católicos presuntamente involucrados en abuso sexual de unos mil niños por varias décadas en Pensilvania.

“Tratamos con gran seriedad el trabajo del Gran Jurado Investigador de Pensilvania y el extenso informe que dieron a conocer. Condenamos inequívocamente el abuso sexual de menores”, destacó Greg Burke, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y portavoz del Papa Francisco.

Explicó en la comunicación escrita que “esos actos fueron traiciones de confianza tanto a las víctimas como a los feligreses, los que les robaron su dignidad y su fe. La Iglesia debe aprender lecciones difíciles de su pasado y debe haber responsabilidad tanto para los abusadores como para aquellos que permitieron que ocurriera el acto”.

Hizo hincapié en que el informe se refiere a agresiones ocurridas en la década del 2000. “Al no encontrar casi ningún caso después de 2002, las conclusiones del Gran Jurado son consistentes con estudios previos que muestran que las reformas de la Iglesia Católica en los Estados Unidos redujeron drásticamente la incidencia del abuso infantil por parte del clero. La Santa Sede alienta a que se continúen las reformas y la vigilancia en todos los niveles, para ayudar a garantizar la protección de los menores y los adultos vulnerables a los daños”.

Insistió en que los actos descritos en el informe del Gran Jurado de Pensilvania se puede describir con dos palabras: “vergüenza y dolor”.

Sostuvo que el Papa Francisco “entiende bien cuánto pueden estos crímenes sacudir la fe y la influencia de los creyentes, por lo que hace un llamado a hacer todo lo posible para crear un entorno seguro para los menores y los adultos vulnerables en la Iglesia y en toda la sociedad”.

Finalmente agregó que “las víctimas deben saber que el Papa está de su lado. Los que sufrieron son su prioridad y la Iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye las vidas de los inocentes”.

El martes el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, dio a conocer el informe en el que se acusan a más de 300 oficiales católicos que cometieron actos sexuales en contra de menores, así como parte del clero que encubrió lo ocurrido por décadas. Seis diósesis de Pensilvania estuvieron bajo la lupa federal y figuran en el documento. 

En el mismo se establece que alrededor de mil niños (as) fueron agredidos sexualmente por décadas y se detalla cada acto con ejemplos.

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