Filadelfia

Víctimas de violencia armada: de la infancia a la tumba

Las víctimas infantiles de violencia armada en Filadelfia ascienden a las 10.

Telemundo

La madre de Nikolette Rivera, de dos años y quien fue una de las más recientes víctimas de la violencia armada en Filadelfia, quiere la pena de muerte para los presuntos implicados.

“No quiero que estén en la calle tirando tiros algarete, que otra persona tenga que pasar por el dolor que yo estoy pasando”, destacó la madre de 24 años.

A Joan Marie Ortíz, de 24 años, le sobreviven otros dos pequeños de seis meses y cinco años respectivamente, pero el vació que le provocó la pérdida de su única hija la mantiene en vilo.

“Al principio tuve rabia, pero ya no la tengo porque siento que mi hija está conmigo”, relató al tiempo que se remontó al día de la balacera y destacó que abrazada a su pequeña vio como le cambiarlos los labios de “rosita a lila” y le cerró los ojos. En ese momento “no quería que nadie la tocara, que la dejaran quieta, porque estaba como dormidita”, apuntó.

Y es que el trabajador de limpieza de alfombras que tenía en el interior de la vivienda le urgió ayuda, pero ella asegura que no se la proveyó abrazada a la niña. “Él fue el primero en recibir un balazo y ella se asustó y yo la tenía en los brazos. La cabecita de ella, del impacto me dio ene l brazo y no fue hasta los otros días que me di cuenta del moretón”.

Ortíz no culpa al padre de la menor por lo sucedido, de hecho, lo alabó como progenitor. ‘Todo lo que él hace lo hace por sus hijos. Se que él tuvo un pasado, pero nada de eso tiene que ver con nuestros hijos”, sostuvo. Las autoridades teorizan que el caballero era el blanco del ataque y que el trabajador herido fue confundido.

“Mi hija no es de la calle, mi hija no le hizo daño a nadie. No importa nada, si me querían matar a mí, si querían matar a su papá, mi hija no se merecía morir. Nunca he visto a esos hombres, no sé de qué están hablando”, añadió.

Freddie Pérez y Tavon Thomas fueron identificados como los gestores de la balacera, mientras que un tercero fue quien les proveyó las armas. Este último fue Francisco Ortíz quien enfrenta cargos por la balacera en la que resultó herido un bebito de 11 meses de nacido.

“La violencia y las drogas van de la mano. Los padres o algunos de los padres de estos niños son responsables porque pusieron a su familia en riesgo cuando decidieron participar en actividades ilícitas”, destacó el representante del fiscal de distrito Anthony Voci.

Nikolette Rivera es una de cinco niños muertos a casusa de la violencia armada en Filadelfia. Un total de diez han resultado heridos en el proceso. Las autoridades buscan lidiar con el problema y se lo atribuyen al trasiego de drogas.

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