El presidente Donald Trump le dio el visto bueno a que soñadores que llevan de 10 a 12 años en Estados Unidos puedan alcanzar la ciudadanía.
Se informó mediante un comunicado de prensa que 1.8 soñadores en la nación tendrán la opción de luchar por su estatus migratorio.
Sin embargo esto implica que todo lo relacionado a DACA, o la acción diferida, debe ir de la mano con un presupuesto de $25 mil millones para la construcción del muro fronterizo.
“Esto es como una cachetada en la cara”, dijo Brenda Hernández una soñadora de Filadelfia. La inmigrante explicó que la “inclusión” propuesta por el gobierno federal deja fuera “a mis hermanos, padres, tíos y abuelos” en términos de mirar hacia un futuro legal en este país.
La joven agregó que “una verdadera inclusión” no implicaría la separación familiar. Y es que la reforma migratoria pondría el fin a la lotería de visas y sobre todo a la reubicación familiar.
“Otra vez están usando la vida de nuestras comunidades como un juego político para seguir la agenda que esta administración tiene”, dijo Miguel Andrade, activista de la organización Juntos.
Tras el anuncio del Presidente Trump un grupo de senadores bipartidistas, entre ellos Marco Rubio, se reunieron para dilucidar las propuestas y llegar a un acuerdo. Todos tienen hasta el 8 de febrero para tomar una determinación.
EEUU
“DACA significa muro fronterizo para esta administración”, sostuvo Rubio a las afueras de su oficina.
Otro de los activistas locales, el reverendo Luis Cortés, sostuvo que “me molesta mucho lo de las familias, espero que no sea así”.
La propuesta de la Casa Blanca incluye una inversión de miles de millones de dólares en seguridad fronteriza y cambios significativos en política migratoria, muy esperados por los conservadores. Varios demócratas y activistas sobre inmigración rechazaron el plan de forma rotunda. Pero que sus partidarios se hagan centrado en la “amnistía” a los dreamers pone de manifiesto lo arraigado del asunto en su case y el poco margen de maniobra de que dispone el dirigente.
