Siguiendo la larga tradición de Filadelfia, los fanáticos de los Eagles comenzaron a llenar las calles de la ciudad desde antes de que el equipo hubiese ganado su pase oficial al Super Bowl LII.
Grandes multitudes se congregaron en la intersección de Frankford y Cottman, donde generalmente se realizan las celebraciones de este tipo, durante la noche del domingo.
Otro grupo subió por Broad Street, cerrando brevemente la calle.
Ya que se trata de una especie de tradición, la Policía de Filadelfia estaba lista y habían engrasado los postes de luz en Center City para evitar que la gente los subiera, lo que también hicieron cuando los Philies ganaron la Serie Mundial en 2008 y una multitud similar abarrotó las calles.