“Los niños indocumentados se merecen estar seguros en las escuelas”.
Con esa frase la ciudad de Filadelfia denegó la colaboración con autoridades migratorias en términos de su matrícula tras los comentarios de la Secretaria de Educación, Betsy DeVos, ante la opción de reportar o no a los menores.
La funcionaria dijo el martes que las comunidades locales decidirán si reportan o no a los estudiantes son documentación legal durante una audiencia en el Congreso.
DeVos sostuvo que “creo que es una decisión de la escuela, de la comunidad local. Tenemos leyes y también somos compasivos. Le pido a este organismo que haga su trabajo, atienda el tema y clarifique donde hay confusión”.
La directora de la oficina municipal de Inmigración y Ciudadanía de Pensilvania, María Sotomayor, notificó por medio de un parte de prensa que “estos comentarios son otro ejemplo de cómo esta administración ataca a las comunidades inmigrantes en la nación utilizando el miedo para intimidarlos” dijo Sotomayor. “Su respuesta ante las preguntas en el Congreso debió haber sido que los funcionarios de las respectivas escuelas tiene la responsabilidad de proteger a los alumnos y crear planteles seguros para todos independientemente de su estatus migratorio”.
Sotomayor agregó que la ley establece que “todos los estudiantes, independientemente de su estatus migratorio, tiene el derecho a la instrucción pública y la facultas, entiéndase el director, los maestros y los consejeros, no pueden discriminar contra éstos”.
La organización pro inmigrantes Juntos reiteró que los comentarios de la Secretaria de Educación son “ilegales” y forman parte de “una campaña de miedo” en las comunidades inmigrantes.
EEUU
Un ejemplo de estudiantes indocumentados en Filadelfia son los cuatro hijos de Carmela Hernández, una madre mexicana acogida a santuario en una iglesia desde el año pasado. Sus vástagos van a la escuela desde principios del 2018 acompañados de activistas y en ocasiones funcionarios para que continúen su educación.
