En la humilde residencia de Maribel Martínez Vélez, una mujer puertorriqueña de 61 años que padece de sus facultades mentales, todo está a punto de colapsar y a su techo de toldo azul ya no le cabe una filtración más.
A un año de María, su situación no mejora, así que cada vez que llueve debe refugiarse en casa de su mamá y recoger el agua en envases.
“Ahí se moja y en la que está en la ventana, se mete el agua bastante”, dijo Maribel.
“Lo que vivimos aquí no se nos va a olvidar por mucho tiempo, yo cada vez que dicen que va a llover, empiezo a subir mis cositas para arriba para que no se me pierda por lo menos la compra y el agua”, dijo la mamá de Carmen.
Pero su caso no es el único. Esto es algo que se repite hoy en cientos de residencias en toda la Isla. Hubo muchas comunidades que tuvieron que rescatarse a sí mismas. Más de 300 familias tuvieron que cruzar entre los siete y 20 pies de agua que arropó sus calles.
Otros sectores fueron rescatados por aire
La Guardia Nacional estuvo a cargo del rescate de miles de familias y Filadelfia fue de los primeros estados que envió toldos para las personas sin techo.
EEUU
El Barrio Ingenio de Toa Baja continúa recibiendo ayuda desde nuestra zona para el desarrollo del centro comunitario que inauguró oficialmente en estos días. Ahora funcionará como un centro de manejo de emergencias comunitario.
