En la serie especial Hacia la ciudadanía te presentamos la historia de Nelly Arevalo, quien logró la distinción tras una década de esfuerzos.
Una venezolana de Norristown, quien lleva casi tres décadas en los Estados Unidos, es pieza clave para otros inmigrantes a la hora de solicitar la ciudadanía.
Nelly Jiménez llegó en la década de los 90 y se dedicó de lleno al trabajo. De esta manera, pudo ir alcanzando metas.
“Vieron cómo era de trabajadora. Lo que me ponían a hacer, lo hacía. Si era limpiar el baño, o ir a hablar con el presidente de la compañía”, dijo a Telemundo 62.
Con el tiempo obtuvo un permiso de trabajo, pero enfrentó obstáculos en el camino.
“La gente no entiende el dolor y la inestabilidad que eso causa. Porque me sentía tan frustrada y tan dolida de que yo estuviera aquí aportando y estuviera como en un limbo”, contó. “Me fui con mis pasos y seguí ahí. Yo dije, voy a hacerme ciudadana. Me tomó 10 años y todo el dinero del mundo. Yo siempre digo, me costó como 50 mil dólares desde el momento en que llegué: abogados, los fees… cada vez que renuevas el permiso de trabajo tienes que pagar un fee”.
Desde entonces, su pasión por la justicia y el trabajo social la llevó a ser voluntaria en el Congreso. Hoy día es directora ejecutiva de Aclamo, una organización vicios esenciales a la creciente población latina en Montgomery County.
“A mí me parte el corazón cuando la gente no tiene camino a la ciudadanía, porque no todo el mundo la va a tener. Tienes que realmente buscar un abogado que haya trabajado un caso como el tuyo y que haya sido exitoso”, dijo.
EEUU
“Convertirme en ciudadana americana me ha ayudado a honrar este país. Por eso creo que trabajo tanto, porque quiero que mi nuevo país esté orgulloso de mí. Aquí siempre llevo a mi Venezuela en mi corazón. Al tener la ciudadanía, podemos usar ahora nuestro derecho al voto para exigir los derechos de aquellos que todavía no pueden votar o no tienen voz”.
