El consumo de alcohol aumentó durante la pandemia entre los estadounidenses y los estudios indican que la ansiedad y la depresión estarían jugando un papel fundamental.
Un estudio de la Universidad de NYU encontró que “las personas con ansiedad y depresión tienen más probabilidades de reportar un aumento en el consumo de alcohol durante la pandemia, que aquellas sin problemas de salud mental”. También señala que el COVID-19 “creó muchos factores de tensión, incluido el aislamiento y la interrupción de las rutinas, las dificultades económicas, las enfermedades y el miedo al contagio”.
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El doctor Henry Kransler, profesor de psiquiatría de la Universidad de Pensilvania, está siguiendo muy de cerca los estudios sobre el consumo de alcohol y sustancias durante la pandemia.
“Todos nos sentimos más ansiosos, más nerviosos porque no sabemos lo que va a pasar”, dijo a Telemundo 62. “Cuando uno bebe para aliviar la ansiedad, puede aumentar la ansiedad”.
El experto señaló, además que el consumo de alcohol puede causar enfermedades crónicas e impactar el comportamiento de las personas como por ejemplo, tornarse agresivas, hacer cosas que usualmente no hacen y hasta podría perder sus trabajos.
Por ello expuso que, si se hace difícil reducir el consumo, se debe buscar ayuda profesional, como acudir al doctor, o incluso hablar sobre la situación con un mentor, pastor o cura de la iglesia.