Unas 15 víctimas de trata humana asistieron a las autoridades en desmantelar, lo que por el tiempo que fueron abusados, le llamaron “La casa del terror”.
Se trata de una vivienda dividida en apartamentos en South 4th Street en Reading, Pensilvania en la que los afectados, muchos de ellos menores, eran obligados a ofrecer favores sexuales a punta de pistola, amenazas, puñaladas y hasta encierros en jaulas para perros.
El operativo fue liderado por varias agencias federales y estatales en combinación con el fiscal de Pensilvania, William McSwain.
Múltiples actos de crueldad, sexuales y amenaza fueron perpetrados en la estructura durante el 2017 hasta marzo del 2019, según las autoridades.
Los presuntos implicados en este esquema fueron los miembros de la pandilla Seven Street entre la que figuran hispanos.
Estos, quienes enfrentan varios cargos por tráfico sexual y conspiración para la distribución y posesión de narcóticos, fueron identificados como:
- Shaquile W. Newson, de 26 años
- Alexander M. Malavé, de 28
- Karvarise E. Person de 30
- Fatiema S. Bivens, de 28
- Isaiah Rowe, de 21
- James Goode, de 44
- Yojang Torres-Rosario, de 26
- Richard Poulson, de 26
- Jessica López, de 39
- Ryan Núñez, de 23
- Tyashia Monroe, de 19
- Wendy Espada, de 28
- Michael Díaz-Walker, de 32
Según el fiscal McSwain los actos ocurridos en la estructura eran “malvados”. “Las alegaciones en contra de la pandilla Seven cuentan con un grado de depravación que es difícil de imaginar. Pudimos detenerlos y esta pandilla no podrá continuar siendo una amenaza para las calles de Reading”, apuntó.
De resultar convictos los acusados podrían enfrentar una vida en prisión.
