Mientras el coronavirus sigue su asenso en Pensilvania, el tiempo se acorta para aquellas empresas que deseen una exención de la orden de cierre impuesta por gobernador Tom Wolf, como medida preventiva.
El funcionario ordenó a todas las empresas "que no son esenciales para la vida“ cerrar sus ubicaciones físicas hasta nuevo aviso para ayudar a frenar la propagación del coronavirus. Sin embargo, estableció un proceso de exención para aquellos empresarios que entienden no deberían estar cerrados.
La fecha límite para radicar las solicitudes es el viernes a las 5:00 p.m.
Grupos defensores de pequeñas empresas que dijeron que la fecha límite era prematura y crearía dificultades adicionales, ya que hay demasiados negocios que esperan una exención.
"Ha habido una enorme lista de espera para exenciones, y es importante no prohibir que un negocio necesario desempeñe un papel en la emergencia", dijo Gordon Denlinger, director de la Federación Nacional de Negocios Independientes. "Estamos pidiendo al gobernador Wolf que reconsidere el cierre del programa de exención".
El estado había recibido más de 34 mil solicitudes de exención hasta el miércoles. El Departamento de Desarrollo Comunitario y Económico aprobó aproximadamente 5,600 solicitudes y rechazó más de 8,600, dijo el jueves la portavoz de la agencia, Casey Smith.
Las empresas que permanecen abiertas al público incluyen supermercados, farmacias, hoteles y moteles, distribuidores de cerveza, lavanderías y estaciones de servicio. Los restaurantes están abiertos solo para pedidos de comida para llevar. La lista abierta también incluye granjas, minas, producción de alimentos y algunas manufacturas.
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Los concesionarios de automóviles, tiendas de ropa y otros minoristas, salones y lugares de entretenimiento se encuentran entre los que están en la orden de cierre.
Hasta el miércoles, la Policía Estatal de Pensilvania había emitido 136 advertencias a empresas que habían violado la orden de cierre. Ningún negocio ha sido citado.
