Una conductora de autobús SEPTA se convirtió en la quinta víctima mortal del coronavirus, en la agencia de tránsito, confirmaron portavoces de la Local 234 del Sindicato de Trabajadores del Transporte.
Yolanda Woodbury, una chofer con base en Frankford Depot por 17 años, falleció después por complicaciones tras infectarse con el COVID-19.
La trabajadora se convirtió en la quinta fatalidad en el gremio de transporte público a causa de la crisis de salud. Los otros cuatro empleados incluyen tres trabajadores de mantenimiento y un conductor de ferrocarril regional.
La cantidad de pasajeros de SEPTA disminuyó considerablemente tras las ordenanzas de permanecer en casa. Las políticas de protección implementadas por la agencia, como el requisito de utilizar mascarilla facial, provocaron incidentes con la Policía.
El sindicato TWU, que representa a cientos de empleados de agencias que todavía trabajan en autobuses, tranvías y trenes durante la pandemia de coronavirus, han presentado numerosas preocupaciones sobre la seguridad para los trabajadores.
La semana pasada, el sindicato amenazó con tomar una acción laboral que ponía en amenaza el transporte de los trabajadores esenciales. Más tarde pospusieron la acción, después de una reunión de funcionarios de SEPTA y el alcalde Jim Kenney.
SEPTA modificó su política al momento de abordar los autobuses, requiriendo que los pasajeros suban por las puertas traseras y suspendieron los pagos a bordo en medio de la pandemia.
