Coronavirus

Cobran auge los servicios funerarios en caravana de autos

Las funerarias trabajan para que el mecanismo siga siendo humano.

Aunque ir a dar el pésame a un allegado ante la muerte de un ser querido sin siquiera bajarse del auto puede parecer un acto insensible y de mal gusto, la llegada del COVID-19 al país ha provocado que el servicio funerario por servi-carro sea el más conveniente.

Hace años, cuando otros en su campo experimentaban con este servicio en distintas funerarias, Demetrios Herron, director funerario de Allentown y Bethlehem, lucía desconcertado con la idea.

"Pensé, ¿qué tan perezosos podríamos ser para no salir de nuestro auto e ir a presentarle un respeto a un ser querido?”, dijo a nuestra cadena hermana NBC10.

Sin embargo, esto ahora forma parte de nuestra realidad inmediata. Las pautas de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades limitan las reuniones a 10 personas. En los funerales, eso podría significar solo ocho o nueve seres queridos, ya que el límite de 10 personas incluye al personal del funeral y al clero, si es que están presentes.

Strano & Feeley Funeral Home, en Newark, Delaware, ya se están sumando a esta modalidad, ya que se les dificulta mantener la cantidad límite de personas en sus servicios.

Esta empresa está trabajando para brindarles a las familias algo de comodidad a pesar de los límites que enfrentan. Las visitas en automóvil funcionan de la siguiente manera: la familia se posiciona al lado del ataúd mientras amigos y familiares pasan para presentar sus respetos. Pueden bajar la ventana para hablar con la familia en duelo, y un miembro del personal puede tomar la información del conductor para ponerla en el libro de visitas. De esta forma, se limita el contacto con esa superficie y se evita la propagación del coronavirus.

“Todas estas restricciones en las reuniones han interrumpido otros mecanismos que son esenciales para el proceso de duelo", dijo Karen Feeley de Strano & Feeley Funeral Home. “Puedes levantar el teléfono y hacer una llamada telefónica, pero falta esa conexión humana".

Strano & Feeley realizó su primer servicio con visita por automóvil la semana pasada. El personal instaló una tienda de campaña en el estacionamiento. Los muebles de interior, incluso las alfombras, fueron llevados afuera para proveer mayor comodidad a la familia. Luego pasaron los visitantes. El proceso se detalla en el obituario para el fallecido, una mujer de 73 años que murió a causa del virus.

Strano & Feeley también está haciendo cambios en otras partes del negocio: la selección de ataúdes, urnas y tarjetas conmemorativas ahora se realiza por teléfono y por correo electrónico.

En Herron Funeral Homes, que dirige con su hermana Paula, la ubicación de Bethlehem tiene puertas dobles que se abren en el frente. La familia se ubica con el ataúd allí, dentro de la puerta principal, mientras los que pasan a llevar sus respetos les saludan con suficiente espacio.

Para las visitas en automóvil, han colocado tableros de fotos e incluso un televisor con un video en homenaje al fallecido.

Herron entiende que esta práctica continuará por algún tiempo.

Sin embargo, no todas las funerarias están operando de la misma manera, ya que estos protocolos presenta desafíos logísticos durante un momento en que el virus está afectando a las comunidades.

"Todo es diferente en este momento en toda nuestra sociedad", dijo Feeley. “La gente está acostumbrada a que las cosas sean diferentes… pero solo nos aseguramos de que esto mantenga esa dignidad y un entorno respetuoso. Creo que lo hemos logrado y las personas todavía tienen la oportunidad de expresarse en persona".

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