Un hombre fue declarado culpable de asesinato en primer grado por la muerte a puñaladas de una ex novia en el estacionamiento de una estación de tren suburbana de Filadelfia el año pasado.
Los miembros del jurado en el condado de Montgomery deliberaron durante aproximadamente dos horas y media el miércoles antes de condenar a Gilbert Newton III, de 19 años, por el cargo de primer grado en el asesinato de Morgan McCaffery, de 18. Se enfrenta a una pena de cadena perpetua obligatoria sin posibilidad de libertad condicional.
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La Policía de Abington Township informó haber encontrado el cuerpo de McCaffery cerca de su automóvil en marcha en el estacionamiento de la estación de tren de Meadowbrook en julio de 2020. Una autopsia indicó que había sido apuñalada y cortada al menos 30 veces. Menos de dos horas después, la Policía de Filadelfia fue llamada a una casa por una mujer que dijo que su hijo estaba cubierto de sangre y reportó haber lastimado a la joven.
Newton, subiendo al estrado en su propia defensa el martes, dijo que se reunió con McCaffery "para ver si ella se preocupaba por mí" y para averiguar si estaba saliendo con otro hombre. Dijo que entonces tenía la intención de suicidarse con cuchillos que tomó de su casa, pero se produjo una confrontación y se enojó y "comenzó a apuñalarla".
La prensa local informó que los detectives testificaron que antes del asesinato, Newton expresó pensamientos homicidas en numerosos mensajes de texto enviados a la víctima y a otras personas. “Sinceramente, espero que mueras en este momento. Es como si quisiera apuñalarte en el cuello continuamente”, escribió en un mensaje de junio de 2020, según el testimonio.
La asistente del fiscal de distrito Kathleen McLaughlin dijo al jurado que un día antes del apuñalamiento, Newton vio una publicación en las redes sociales de Morgan con otro hombre. "Fue entonces cuando estableció su plan para matarla. Si él no podía tenerla, nadie podía", dijo.
El abogado defensor, A Charles Peruto Jr., argumentó que su cliente no tenía la intención de quitarle la vida a la víctima, llamándolo un "niño angustiado, emocional e inmaduro".
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"No fue a matarla, terminó matándola", dijo Peruto, quien buscaba una condena por asesinato en tercer grado con una pena máxima de prisión de 20 a 40 años.
