Una tensa calma se respira en los alrededores de los campamentos improvisados a lo largo del Benjamin Franklin Parkway y Ridge Avenue luego de que se venciera el plazo de desalojo impuesto por la ciudad de Filadelfia.
Pese a un incidente de salud registrado la madrugada del jueves en el que la Policía escoltó una ambulancia para recoger a una persona en los terrenos invadidos, cerca del cabildo, no se reportaron mayores altercados el jueves.
Los manifestantes aseguran por un lado que no tienen a donde ir y la ciudad se mantiene firme en que hay asistencia disponible para los que decidan aceptarla.
El alcalde Jim Kenney estableció en conferencia de prensa que las negociaciones con los líderes de los campamentos están detenidas debido a que “siempre surge un nuevo portavoz y no se ponen de acuerdo en las demandas. Cuando uno pone sobre la mesa sus requerimientos tiene que seguirlos para que ocurra el cambio”.
El funcionario explicó que, a tres meses de negociaciones, que no cataloga como infructuosas porque hasta el momento han podido asistir con los programas citadinos a 142 personas, no han llegado a un acuerdo.
La oferta del cabildo sigue siendo refugio, tratamiento y cuartos de hotel en caso de que los necesitados tengan que estar aislados por padecer el coronavirus. También extán sobre el tapete viviendas vacantes para la reparación, un total de 62.
"Hasta el momento no sabemos cuántas personas sin hogar realmente están en esos campamentos, porque no nos permiten acceso para presentarles las ayudas disponibles. Nosotros queremos salir de esto de una forma pacífica, no queremos violencia, por eso es que será por fase hasta tanto logremos una resolución", agregó Kenney.
Local
Los organizadores de los campamentos parecieran haberse atrincherado en las zonas invadidas colocando barreras con árboles caídos y planchas de madera a la espera de la intervención por desalojo.
“Esta es una situación fluida. No voy a discutir las estrategias que estamos elaborando conforme se desarrolla el problema, para no poner en riesgo la seguridad de nuestros policías. Hemos visto que los manifestantes han colocado barreras y podrían tornarse agresivos, así que sería irresponsable de nuestra parte tomar determinaciones sin tener en cuenta las consecuencias”, agregó Kenney.
