La batalla por el control de armas dentro y fuera de Filadelfia siempre ha sido punto de partida para el alcalde Jim Kenney, quien cataloga el acceso a éstas como “rápido y sencillo”.
En una conferencia de prensa, celebrada el pasado martes sobre el oficial de Temple asesinado, Christopher Fitzgerald, Kenney hizo una comparación sobre las regulaciones entre las ventas del alcohol y las ventas de las armas.
“Los estados que nos bordean, Nueva Jersey y Nueva York no tienen el problema que tenemos de armas. Este es un estado loco con las armas (Pensilvania). Podemos ir ahora mismo a la esquina y adquirir lo que queramos, sí, porque hay demasiadas y es muy simple el proceso”, destacó Kenney al tiempo que le dio pie a un relato personal.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo 62 aquí.
“El domingo pasado fuimos para los suburbios, a Glendalle, para respirar un poco de aire del campo a un restaurante que era BYOB. Nos montamos en el carro y nos acercamos a Wegmans para comprar una botella de Prosecco”, recordó el funcionario.
“En la fila para pagar, junto en frente mío, había un señor de 70 u 80 años aproximados comprando ocho botellas de vino. Primero le pidieron la identificación y luego le hicieron comprar las botellas de cuatro en cuatro. Las primeras las tuvo que llegar al carro y luego hacer otra transacción para las segundas”.
Kenney especificó que “si controláramos la venta de armas tanto como lo hacemos con el licor o el vino estaríamos en una mejor posición que la que estamos ahora. Es ridículo”.
Durante su administración, el funcionario ha tratado de enmendar la ley, incluso solo la de Filadelfia, pero el rechazo de Pensilvania ha sido contundente. La ciudad del "Amor Fraternal" sufre una crisis de violencia armada que cobra vidas casi a diario, en ocasiones en eventos delictivos sin sentido.