Una madre salvadoreña tiene los días contados en Filadelfia tras una orden de deportción que pesa en su contra.
Se trata de Verónica del Carmen Lara Márquez, quien fue abordada por las autoridades migratorias el pasado 11 de febrero, tras dejar a su hija de cuatro años en la escuela al sur de la ciudad.
La dama fue procesada y advertida de que debía estar en una especie de arresto domiciliario, en su hogar, el que comparte con su esposo y suegro estando embarazada de tres meses. La residencia queda muy cerca de donde fue detenida por primera vez en la Ciudad del Amor Fraternal, así como de la escuela de la niña.
Lara Márquez cuenta con una defensa legal que busca extenderle el periodo de los 45 días de estancia en el país para atender el papeleo que debe alistar para llevarse a El Salvador a su niña, de cuatro años. Cabe señalar, que la menor es ciudadana norteamericana. Eso sin contar con que espera su segundo vástago.
El portavoz de ICE dijo a TELEMUNDO 62 que pese a que hubo complicaciones con la identidad de la mujer (porque ella aleja que es salvadoreña, pero la habían ingresado como hondureña) pudieron constatar su procedencia debido a las huellas dactilares. “ICE no va a discutir los arreglos de remoción a los que llegamos con ella”, dijo en una declaración escrita.
Lo cierto es que la embarazada debe de permanecer en su residencia por los días que le restan en el país y no llevará puesto un grillete electrónico debido a su avanzado estado de gestación.
Smith agregó que el protocolo de la agencia migratoria cumplió con las leyes y no violó los derechos de la dama, aunque haya sido detenida cerca de la escuela de su hija. “La política de ICE establece que nuestro personal puede abordar a los inmigrantes en lugares sensitivos a no ser que un supervisor haya indicado lo contrario. Esto incluye escuelas, lugares de oración y hospitales”.
Lara Márquez fue visitada el jueves por una trabajadora social, enviada por las autoridades migratorias.
La mujer tiene la esperanza de que sus abogados consigan que pueda permanecer en Estados Unidos. “Nosotros no metíamos problemas”, dijo desde su hogar donde predominan las imágenes religiosas, entre ellas la de la Virgen María, al agregar que en su país “allá hay mucha delincuencia que de día en día va a empeorar”.
Mientras tanto la niña, de cuatro años, vive un calvario en la escuelita donde acude porque sus compañeros y todo el personal se percató de lo ocurrido con su madre. “Ella está muy triste porque en la escuela se dieron cuenta de todo lo que pasaba”, apuntó.
