Inmigración las cifras de una crisis parte 1

El juez migratorio retirado, Paul Schmidt, opinó que “este sistema es un desastre y que está por colapsar”.

Las demoras en las cortes de inmigración en Estados Unidos responden a la acumulación de casos sin atender provocando que la espera para los implicados sobrepase los dos años.

En Filadelfia, por ejemplo, existen cinco mil casos pendientes incluyendo el de Marvin Alvarado, proveniente de El Salvador. El joven se encuentra en el país por una petición de asilo político, para reunirse con su familia y trabajar de la mano de su padre.

Su meta es recaudar los fondos necesarios para retribuirle a su progenitor el dinero invertido en su proceso migratorio.

El proceso como tal, en Filadelfia, demora aproximadamente 688 días o dos años. Alvarado esperaba que fuera menor. En ciudades como Newark, Nueva Jersey la espera es aún más larga con casi 20 mil casos pendientes.

Elizabeth Trinidad, abogada de inmigración, dijo que estos retrasos se deben a falta de recursos. “Llegan casos nuevos todos los días, pero no tienen el personal correspondiente, no tienen jueces suficientes, los jueces no tienen secretarios o secretarias suficientes, no tienen salas de tribunal suficientes”, comentó.

En la nación existen 344 jueces migratorios, que según la Presidenta de la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración, Dana Leigh Marks, es poco para cubrir los 600 mil casos que tienen en frente. Lo que supuestamente agrava el problema de los retrasos es la decisión del gobierno de trasladar jueces a tribunales de inmigración en la frontera.

El juez migratorio retirado, Paul Schmidt, opinó que “este sistema es un desastre y que está por colapsar”.

Y aunque la sociedad se ha vuelto dependiente de lo digital, los tribunales de inmigración continúan funcionando de manera antigua, usando papel en lugar de peticiones electrónicas que solo sirven para hacer el sistema más lento.

En un afán por alivianar las demoras, el gobierno solicitó que los jueces sean más cuidadosos en los casos que requieren una nueva audiencia. También harán un esfuerzo por contratar 75 jueces migratorios adicionales.

Mientras tanto, Marvin Alvarado aprovechó del tiempo de espera para aprender inglés y seguir trabajando. “Pienso que no fue una carrera en vano porque he logrado algo”, dijo el joven.

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