Desempleada, con dos hijos que mantener y el casero recordándole el pago de la renta todos los días.
Así vive una hispana de Filadelfia quien teme que en cualquier momento el propietario de la vivienda que renta la deje literalmente en la calle.
“Bueno aquí no tengo, pues, a donde más ir, porque estoy sola con mis niños”, dijo la mujer por teléfono protegiendo su identidad. “Tengo más de un mes de estar sin trabajo, porque trabajabo en un restaurante que lo cerraron por la situación”.
Según activistas proinmigrantes son los hispanos los “más acosados” en estos casos porque desconocen sus derechos. Su estatus migratorio juega un papel importante en la toma decisiones.
“Cuando me atraso uno o dos días, pues ahí está, insistiendo con el dinero y el dinero”, recordó la hispana afectada. “Ahorita pues que yo no tengo ese dinero y tal vez nos puede sacar de aquí como él es el dueño”.
Las autoridades de Filadelfia recalcaron el miércoles que este acto, en momentos de la crisis de salud, es ilegal al menos hasta el primero de junio cuando abren las cortes.
“Estos actos son ilegales y nosotros estamos tomando los pasos necesarios para verificar que esto no suceda. Aquellas personas que están teniendo problemas con sus caseros y que están siendo desalojados o encontrando cambio de cerradura tienen que llamar al 911”, relató el intérprete en español del alcalde Jim Kenney.
El funcionario, quien se apresta a presentar un presupuesto para la ciudad próximamente, dijo que continúa solicitando ayudas federales para asistir a inquilinos y propietarios en Filadelfia. Urgió además a los caseros a colaborar con los inquilinos de manera que “podamos sobrellevar estos obstáculos juntos”.
Los residentes no pueden ser desalojados sin un documento de la corte.
