Un grupo de madres inmigrantes recibieron un entrenamiento para reportar o acudir a las entidades sanitarias pertinentes en caso de que ellas o sus familias presenten síntomas del novel coronavirus.
Toda la información les fue provista por representantes del centro comunitario Aclamo en Norristown, Pensilvania.
La idea fue informar debido a la emergencia que aqueja a las autoridades con 10 casos confirmados de COVID-19 en el estado.
“Nos preocupa que se haga una pandemia grande”, destacó Isabel Portillo. “Tenemos que sentirnos libres porque tenemos derechos, aunque seamos inmigrantes, de buscar ayuda”.
La mujer tiene el mismo temor colectivo del resto de la comunidad ante el registro de casos sospechosos de contagio.
“Lo que queremos dejar claro es dónde ellos pueden ir por información”, destacó el director de Aclamo, José Benavides. “Mucha de nuestra comunidad se informa por Facebook, sobre todo por las redes sociales, y hay muchos rumores corriendo”.
El también activista pro inmigrantes reiteró los pasos básicos de prevención:
- Lavarse las manos por 20 segundos con agua y jabón.
- Taparse la boca al toser.
- Aislarse de forma voluntaria en su casa si está enfermo.
Benavides agregó que los inmigrantes indocumentados no deben tener miedo a ir a los hospitales a tratarse en caso de sospecha de contagio.
“Pues no quería salir, ya todo el mundo tenía miedo”, destacó otra de las mujeres incluidas en el entrenamiento, Alma Zobea.
El Departamento de Salud de Pensilvania no dejó claro si los inmigrantes indocumentados, sin plan medio o dinero, tendrían que costear el tratamiento o hasta la prueba. Hasta el momento se desconoce el costo de los análisis de laboratorio requeridos.
