Las reclusas de una prisión para mujeres de Nueva Jersey que, según un informe federal, estuvo plagada de abusos sexuales y mala conducta durante años, pueden presentar una demanda colectiva, dictaminó un juez estatal.
La opinión del juez del Tribunal Superior estatal Michael O'Neill, redactada el mes pasado y que se ordenó que se abriera la semana pasada, reconoce que un informe del Departamento de Justicia publicado en la primavera respaldaba las afirmaciones de las reclusas de que se vieron obligados a vivir en un entorno hostil, independientemente de si se experimentó abuso de primera mano.
La demanda presentada por dos reclusas desde hace mucho tiempo nombra al Departamento de Correcciones del estado y busca daños punitivos y compensatorios no especificados.
El informe del Departamento de Justicia publicado en abril alegaba que el departamento penitenciario del estado violó los derechos constitucionales de las reclusas al no protegerlas de una cultura de "abuso grave y prevalente" y que los funcionarios no tomaron medidas a pesar de ser conscientes de los problemas sistémicos.
Varios oficiales penitenciarios de la prisión se han declarado culpables o han sido condenados por abuso sexual y mala conducta en los últimos años.
Un juez estatal diferente negó la oferta de acción de clase de las reclusas el año pasado, pero un tribunal de apelaciones estatal le pidió a O'Neill que revisara el caso esta primavera a la luz del informe del Departamento de Justicia. La corte de apelaciones ahora revisará el fallo de O'Neill una vez que ambas partes hayan presentado sus escritos, dijeron el martes los abogados de las reclusas.
En un comunicado, los abogados de las firmas Stark & Stark y Barry, Corrado, Grassi & Gillian-Schwartz dijeron que el fallo "representa un paso importante para abordar los problemas en la prisión que permitió a los agentes correccionales depredadores operar sin control durante años".
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El martes se dejó un mensaje con los abogados que representan al departamento de correcciones del estado. Han argumentado que la certificación de la clase debería negarse porque no todas las reclusas pueden establecer un conocimiento de primera mano sobre la conducta sexual inapropiada y la discriminación.
La instalación de Mahan, que se encuentra en Hunterdon County, a unas 50 millas (80 kilómetros) al oeste de la ciudad de Nueva York, ganó notoriedad a fines de la década de 1970 cuando Assata Shakur, quien fue condenada por matar al policía estatal de Nueva Jersey Werner Foerster durante una parada de tráfico en 1973, escapó y finalmente huyó a Cuba, donde Fidel Castro le concedió asilo.
