La crisis de salud provocada por el coronavirus habría contribuido a la violencia armada en Filadelfia.
Así lo confirmaron las autoridades sanitarias citadinas quienes recalcaron que el mayor problema son los traficantes de armas y las “leves” leyes que existen para controlar las mismas en el estado de Pensilvania.
A eso se le suma la imposibilidad de llegar a ciertas comunidades, con programas de ayuda y comunicación, debido a la propagación de contagios.
“Si comparamos Filadelfia con Nueva York, ellos tienen menos criminalidad porque cuentan con robustas leyes para controlar las armas. A nosotros nos toca trabajar con nuestros allegados federales para lograr un cambio tanto en las leyes como en el procesamiento para los delitos que respectan a las mismas”, destacó el alcalde Jim Kenney.
El funcionario recalcó que “el discurso nacional ante las armas no contribuye” a la problemática y que están poniendo en marcha programas comunitarios para lidiar con el problema.
“Contamos con un programa de interacción comunitaria, que son los que sirven de intermediarios entre ciertos grupos y las autoridades, para limitar el uso de armas”, destacó la directora de justicia y seguridad pública Vannesa Garret.
Según Kenney la Policía ha logrado recobrar múltiples armas de las calles, pero no dan abasto. Explicó que ciertos factores influyen:
- Dificultad para acceder a la comunidad
- Rencillas entre grupos
- Leyes débiles en relación con armas
- Mantener encerrados a los que violen la ley de armas
Local
Actualización en materia de salud:
Unos 145 nuevos positivos se registraron en Filadelfia el martes para un total de 31,584 contagios desde que inició la crisis de salud. También se reportó un fallecimiento para una cifra de 1,700.
Un 59% de los positivos son personas menores de 40 años.
“Este virus sigue con nosotros y lo seguirá estando hasta que no haya una vacuna. Tenemos buenas noticias, porque la tendencia es a la reducción, pero debemos ser vigilantes. Lo mejor que podemos hacer es acostumbrarnos a la mascarilla y al distanciamiento, mucho más de cara a la reapertura económica total y más aun cuando ya inician escuelas y universidades de forma presencial”, destacó el comisionado de salud Tom Farley.
El funcionario agregó que “sigue existiendo riesgo entre las personas mayores, los ancianos, y queremos cuidarlos. Por eso las personas jóvenes asintomáticas o que no usan mascarillas deben estar pendientes de sus seres queridos. Las personas en riesgo son mayores de 65 años o tiene condiciones de salud preexistentes”.
De hecho, un “task forcé” federal se reunió con Farley y su equipo de trabajo para ver la forma en que se labora en Filadelfia ante el coronavirus. “Ellos nos ofrecieron data de las personas en riesgo, solo por las necesidades de ayuda federal que requieren, por lo que les estaremos enviando cartas para recordarles mantenerse en casa y números a llamar en caso de que necesiten ayuda adicional”.
