Todos los negocios que no sean “esenciales para mantener la vida” deberán clausurar de inmediato en Pensilvania, según una segunda orden del gobernador Tom Wolf.
Y si los comerciantes se niegan podrían perder la licencia de operar, ser multados o hasta pasar tiempo en cárcel, así como la inhabilidad de solicitar ayudas por desastre.
La orden de clausura quedo en efecto el jueves a las 8:00 p.m.
Las autoridades comenzaran a verificar los distintos cierres a partir del sábado a las 12:00 p.m.
“Tomamos esta acción mas agresiva para proteger a todos los ciudadanos de Pensilvania”, destaco el gobernador Wolf en un parte de prensa. “Este virus es un peligro invisible que puede estar presente donde quiera. Tenemos que actuar con la firmeza con la que acataríamos cualquier otra amenaza”.
El cierre establece que “esta es una orden no un pedido o una sugerencia”.
Los negocios que pueden permanecer abiertos son los siguientes:
- Supermercados
- Farmacias
- Gasolineras
Los restaurantes podrán continuar ofreciendo el servicio de recogido y despacho de alimentos.
Los distribuidores de cerveza tienen el visto bueno de operar en horario regular para despachar las bebidas.