Violencia contra la mujer

“Ya lo que sucedió, sucedió y ya”: feminicida serial en México habla por primera vez

El hombre torturó, mató y enterró en su casa a por lo menos 19 mujeres.

Tres investigadores de la policía escarban en un terreno buscando restos humanos
Fiscalía del Estado de México

CIUDAD DE MÉXICO - Tranquilo y sin siquiera titubear, quien es considerado uno de los más grandes y crueles feminicidas de este país le respondió a un periodista si está arrepentido de haber matado y desmembrado a por lo menos 19 mujeres.

"Yo sé que se arrepiente uno, pero demasiado tarde. Ya sucedieron las cosas”, dice Andrés Filomeno Mendoza, el presunto feminicida.

Conocido como “El feminicida de Atizapan", está recluido en el penal de alta seguridad de Tenango del Valle luego de que quedara al descubierto lo que hizo.

“Cosas que no se remedia nada. Ya lo que ya se hizo, pues hay que aguantarse”, dice.

Los investigadores desenmascararon al detenido luego de la desparición de Reyna González, quien era su amiga.

La policía llegó al domicilio del acusado y encontró el cadáver descuartizado, pero además estaban las pertenencias de otras afectadas, fotos y videos de los homicidios y mas de 3,400 restos óseos sepultados en la propiedad.

En mayo de este año, Mendoza fue detenido, desde entonces, permanece en la cárcel aislado, solo sale 60 minutos diarios a tomar el sol y es vigilado las 24 horas del día.

A una de las mujeres la buscaban desde hace 5 años; a la otra, desde el 2019.

“Este es un demonio, ¿cómo pudiste caer en esas redes del demonio, Flor?

Al ver las declaraciones del presunto autor de su desgracia, Silvia Mejía lloró de coraje y dolor. Su sobrina Flor fue una de sus víctimas y dice que solo espera que nunca vuelva a las calles.

"Eso no es de una persona normal, eso es un demonio y una persona que no tiene perdón", dice Mejía.

Los peritos han recuperado más de 2,000 restos que podrían ser de las víctimas del feminicida de Atizapán.

"Que lo perdone Dios, si es que lo alcanza”.

Con lágrimas silenciosas, pero llenas de rabia e impotencia, Armando Gallegos aseguró que no cree en el arrepentimiento de quien a sangre fría le arrebató la vida a su hija.

"Esta persona, si se puede llamar persona, no debería de dar ni la cara, pues debe enfrentar lo que hizo", afirma Gallegos.

El hombre de 72 años espera ser sentenciado. Ha reconocido sus crímenes e incluso confirmó que comía algunas partes de las mujeres que asesinaba.

Contáctanos