Escombros y sangre: bombazo de ISIS mata a estadounidenses

Varios soldados murieron luego que un terrorista hiciera detonar un chaleco explosivo.

Varios soldados estadounidenses murieron el miércoles al producirse una explosión cuando realizaban una patrulla de rutina en Siria, informó el mando militar. Son las primeras bajas que sufre Estados Unidos desde que el presidente Donald Trump anunció su intención de retirar las tropas del país.

El grupo terrorista ISIS se declaró responsable del inusual ataque matutino en Manbij, una ciudad del norte de Siria patrullada por el ejército estadounidense. Dijo que uno de sus milicianos se suicidó al detonar un chaleco explosivo.

Videos distribuidos por activistas y agencias noticiosas locales mostraron un restaurante que sufrió graves daños y una calle cubierta de escombros y sangre. Otro video mostró un helicóptero sobrevolando el lugar.

Un concejo municipal y un grupo que monitorea la guerra en Siria dijeron que la explosión se produjo cerca de un restaurante cerca del mercado principal del pueblo cuando pasaba una patrulla de la coalición liderada por Estados Unidos, con un saldo de una docena de víctimas, entre muertos y heridos.

El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que murieron 16 personas, incluidos nueve civiles, y al menos cinco combatientes sirios de los respaldados por Estados Unidos.

El mando estadounidense emitió un comunicado por Twitter: “Efectivos militares de EEUU murieron en una explosión cuando realizaban una patrulla de rutina en Siria hoy. Estamos reuniendo información y difundiremos detalles adicionales más tarde”.

El ataque inusual se produjo días después que EEUU inició su retiro de Siria, al trasladar pertrechos del noreste al vecino Irak. Trump declaró antes de Navidad que ISIS había sido derrotado y que retiraría rápidamente 2,000 efectivos de Siria.

El anuncio provocó sorpresa en algunos de sus colaboradores más estrechos, inquietud en los aliados regionales y la renuncia del secretario de Defensa, Jim Mattis. Desde entonces, funcionarios estadounidenses y el mismo Trump han dicho que el retiro sería más lento de lo que se pensaba.

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