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Masacre en Panamá a manos de secta guiada por un “mesías”

Fueron asesinados durante un rito exorcista por un grupo de 10 personas que se dicen miembros de la "secta La Nueva Luz de Dios".

Telemundo

PANAMÁ - Selva tropical, descampados verdes, ríos, costas azules caribeñas y chozas de madera y paja donde viven indígenas en absoluta pobreza. Esa es una postal de la comarca Ngäbe-Buglé, el escenario de la masacre de siete nativos, la mayoría niños, a manos de una secta autóctona guiada por un "mesías".

Situada en el norte de Panamá, esta comarca, una de las cinco que tiene el país centroamericano, fue creada en 1997. Su máxima autoridad es la cacica Silvia Carrera. También cuenta con una gobernación a cargo del Ejecutivo Nacional.

La comarca es la más poblada de las demarcaciones indígenas panameñas, con unos 213,000 habitantes según cálculos de 2018.

Abarca territorios, que son de propiedad colectiva, de las provincias de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas, y en ella vive indígenas de las etnias ngäbe y buglé, de allí su nombre. Su capital es Llano Tugrí.

Al igual que las otras etnias principales de Panamá - emberá, wounaan, guna, naso y bri-bri, los ngäbe y los buglé vive en condiciones de pobreza en la comarca, donde los accesos son difíciles por la topografía y falta de infraestructura, y desarrollan formas de agricultura de subsistencia, pesca y caza.

Las familias en la comarca son numerosas. Las mujeres, que visten coloridos vestidos largos tradicionales, se encargan de la crianza de los pequeños.

Una de esas familias, compuesta por una mujer de 33 años embarazada de entre 4 y 6 meses, y sus hijos de 1, 3, 9, 9 y 11 años, fue asesinada esta semana durante un rito exorcista por un grupo de 10 personas que se dicen miembros de la "secta La Nueva Luz de Dios", de acuerdo con la información oficial.

En ese mismo rito, tildado de "ejecución" por el fiscal del caso, Rafael Baloyes, también murió una vecina de la familia, una adolescente de 17 años.

Los victimarios son todos indígenas de la comarca y entre ellos está el abuelo de los 5 menores asesinados, según los datos judiciales.

ALTO TERRÓN, LA REMOTA ALDEA ESCENARIO DE LA MASACRE

Alto Terrón es una aldea localizada en una zona remota de la comarca Ngäbe-Buglé y el escenario de la matanza, que habría ocurrido el lunes pasado.

"Es un área inhóspita en medio de una montaña" y cercana a un río, como la describió el jueves el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, al expresar su "total tristeza" por una situación casi imposible de creer, según expresó.

Las fuerzas especiales de la Policía Nacional y los fiscales del Ministerio Público comenzaron a preparar el operativo de seguridad el domingo pasado, tras recibir denuncias de que había personas secuestradas y desaparecidas en el Alto Terrón, y llegaron el martes, dado lo difícil del acceso al lugar.

"Al llegar nuestros agentes se encuentran con una comunidad atemorizada, que estaba pidiendo auxilio", agregó en una rueda de prensa el director encargado de la Policía Nacional, Alexis Muñoz.

Las fuerzas especiales rescataron el martes a otras 15 personas que estaban secuestradas y siendo sometidas a los mismo ritos exorcistas que llevaron a la muerte a las otras siete personas, y que incluían el uso de objetos contundentes y cortantes como machetes.

Los rescatados, al menos siete de ellos menores, todos con golpes y heridas, fueron evacuados en helicópteros desde el Alto Terrón hasta Santiago de Veraguas, y varios permanecen hospitalizados.

"No encontramos un precedente parecido" en la historia de Panamá, dijo este viernes el fiscal general del país, Eduardo Ulloa, al sostener que hoy 9 personas serán presentadas ante un juez en la provincia de Bocas del Toro para ser imputadas por los crímenes.

El fiscal Baloyes por su parte ha dicho que no hay evidencias de que exista otra fosa con restos ni tampoco informes de que personas que se identifiquen como miembros de la supuesta secta "La Nueva Luz de Dios" estén en otros lugares de la comarca.

MÁS SEGURIDAD PARA LA COMARCA

El presidente de la Conapip, Marcelo Guerra, dijo a Efe que uno de los problemas de la comarca Ngäbe Buglé "es la poca rigurosidad que hay a la hora de velar por la seguridad del pueblo cuando llegan todo tipo de grupos religiosos y oenégs".

A estas agrupaciones "nadie las investiga", y de su llegada o conformación no está al tanto "la autoridad competente, en este caso el corregidor, el cacique o el gobernador", entre otros.

De esta secta "nadie (de las autoridades regionales) sabía, y eso que tenían un tiempo" en el sitio, alrededor de tres meses, según los lugareños, dijo Guerra.

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