Viruela del mono

Estudio revela que la viruela del mono puede causar problemas cardíacos

El estudio informa del caso de un varón de 31 años contagiado de la viruela del mono que desarrolló una miocarditis aguda.

Telemundo

REDACCIÓN CIENCIA - Un estudio publicado este viernes en la revista "JACC: Case Reports", del American College of Cardiology, advierte de que la viruela del mono puede causar problemas en el corazón.

El estudio informa del caso de un varón de 31 años contagiado de la viruela del mono que desarrolló una miocarditis aguda aproximadamente una semana después de que aparecieran los primeros síntomas del virus.

La viruela del mono es una enfermedad causada por un virus de la familia de la viruela, que provoca una erupciones cutáneas y ampollas en las manos, los pies, la cara o los genitales, entre otras partes del cuerpo.

El primer caso se notificó en la Unión Europea en mayo de 2022, casi al mismo tiempo que en Estados Unidos y en otros países no endémicos y, desde entonces, los casos no han parado de aumentar.

Por su parte, la miocarditis es una inflamación del músculo cardíaco que suele estar originada por una infección viral.

La miocarditis ya se había asociado con la infección por viruela -un virus más agresivo-. Ahora, en este estudio, los autores afirman que "por extrapolación, el virus de la viruela del mono podría tener tropismo por el tejido del miocardio o causar una lesión inmunomediada en el corazón".

Gracias al estudio de este caso, los investigadores "estamos desarrollando un conocimiento más profundo de la viruela del mono, de la miocarditis viral y de cómo diagnosticar y manejar con precisión esta enfermedad", destaca Julia Grapsa, editora jefe de 'JACC: Case Reports'.

El paciente acudió a un centro de salud cinco días después de que aparecieran los primeros síntomas de la viruela del mono, que incluían malestar general, mialgias, fiebre y lesiones en la cara, las manos y los genitales.

Para confirmar la infección por viruela del mono, los médicos tomaron muestras de una lesión cutánea tomadas con hisopos.

Tres días más tarde, el paciente volvió al servicio de urgencias donde, aquejado de una opresión en el pecho que se irradiaba por el brazo izquierdo y tras un examen rutinario y la sospecha clínica de miocarditis aguda, fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos.

EEUU ya tiene vacunas y tratamientos aprobados para la viruela del mono.

El electrocardiograma (ECG) inicial mostró ritmo sinusal con anomalías inespecíficas de la repolarización ventricular y las pruebas de laboratorio rutinarias revelaron niveles elevados de proteína C reactiva, creatina fosfocinasa (CPK), troponina I de alta sensibilidad y péptido natriurético cerebral (BNP), elementos que pueden indicar una lesión en el corazón.

El estudio del paciente con resonancia magnética cardiaca (RMC) confirmó la inflamación miocárdica y el diagnóstico de miocarditis aguda.

"Este caso pone de relieve la afectación cardíaca como una posible complicación asociada a la infección por viruela del mono", afirma Ana Isabel Pinho, del departamento de cardiología del Centro Hospitalario Universitario de São João (Portugal) y autora principal del estudio.

"Creemos que informar de esta posible relación causal puede sensibilizar más a la comunidad científica y a los profesionales de la salud sobre la miocarditis aguda como posible complicación asociada a la viruela del mono; y podría ser útil para un seguimiento estrecho de los pacientes afectados para reconocer otras complicaciones en el futuro", explica la investigadora.

Ya se han detectado casos fuera de África, como en EEUU.

Aunque el paciente fue dado de alta una semana después completamente recuperado, los autores creen que hay que seguir investigando para identificar la relación entre la viruela del mono y las lesiones cardíacas.

La viruela del mono se transmite por contacto estrecho con lesiones, fluidos corporales o aerosoles, y además del exantema, puede dar fiebre, escalofríos, inflamación de los ganglios linfáticos, síntomas respiratorios y dolores musculares.

La mayoría de las infecciones son leves y los síntomas pueden durar entre dos y cuatro semanas.

La vacunación está recomendada para las personas que tienen una exposición conocida o presunta al virus.

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