Clinton y Trump se sacan chispas en segundo debate

Un comprometedor video del republicano y los emails de la demócrata dominaron el encuentro

Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump se enfrentaron este domingo en el segundo debate, en St. Louis, Missouri, que se se presentó como un encuentro arriesgado en el que ambos trataron de demostrar su empatía con los votantes, y al que llegaron en un momento especialmente tenso, en particular para el republicano.

Trump negó haber atacado sexualmente a mujeres y dijo que las "respeta", igual que ellas lo "respetan" a él, en alusión al polémico vídeo en el que hace comentarios denigrantes sobre las mujeres. Al comienzo de su segundo cara a cara televisado con su rival demócrata, en el que evitaron darse la mano, Trump tildó ese video de "charla de vestuario", dijo no sentirse "orgulloso de él" y enfatizó que ya se ha disculpado por él ante su familia y los ciudadanos. Clinton lo criticó duramente por esos comentarios.

El candidato republicano intentó desviar las preguntas de los moderadores del debate sobre el video hablando de su promesa de derrotar al Estado Islámico (ISIS) y de volver a hacer de EEUU un país "seguro". Además, el magnate atacó al expresidente Bill Clinton, esposo de su rival y exsecretaria de Estado, de quien señaló que "nunca ha habido nadie en la historia de la política que haya abusado más de las mujeres".

Sin embargo, Clinton aprovechó la ocasión para recalcar que el Donald Trump que aparece en el polémico vídeo haciendo comentarios denigrantes acerca de las mujeres es exactamente "quien Donald Trump es". "Lo que todos vimos y oímos el viernes fue a Donald hablando de mujeres lo que él piensa sobre las mujeres, lo que les hace a las mujeres", afirmó la ex primera dama. "Dice que el video no representa a quien es él, pero creo que está claro para quien lo haya visto que representa exactamente lo que es. Le hemos visto insultar a las mujeres, puntuarlas por su apariencia", agregó.

Trump dijo también que si él estuviera al frente del país, Clinton estaría "en la cárcel" por el escándalo del uso de su correo electrónico privado cuando fue secretaria de Estado (2009-2013). Durante el segundo debate televisado entre ambos, el candidato republicano atacó con dureza a la demócrata por ese escándalo y amenazó con nombrar a un fiscal especial para investigar a la ex secretaria de Estado si llega a la Casa Blanca.

Clinton, por su parte, volvió a admitir que cometió un "error" al usar su correo electrónico y un servidor privado, y se declaró "muy comprometida" con tomar en serio el manejo de información clasificada.

Clinton apoyó investigar a Rusia y al régimen de Damasco por los "crímenes de guerra" cometidos en Siria, mientras que Trump defendió que Moscú está "matando" a ISIS en ese país.

La candidata demócrata aseguró que Rusia "no ha prestado atención" al ISIS en Siria, únicamente a que se mantenga en el poder el presidente Bachar Al Asad. Por su parte, Trump afirmó que tanto Rusia, como Al Asad e Irán están "matando" al ISIS en Siria, y que esa alianza se ha producido debido a la "fracasada política exterior" de EEUU. El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijo el pasado viernes que es necesaria una "investigación de los crímenes de guerra" cometidos por Rusia y el régimen sirio en Alepo, donde denunció que ambos mantienen una "estrategia para aterrorizar a los civiles" con ataques sobre hospitales que van "mucho más allá de lo accidental".

En la misma línea se pronunció Clinton durante el debate al apoyar esa investigación y denunciar la "ambición" y "agresión" de Rusia en el conflicto sirio. Clinton comentó, además, que sería un "error" que EEUU enviase tropas terrestres a Siria para tratar de solucionar la guerra en ese país.

Mientras, Trump acusó a su rival de no saber siquiera "quiénes son los rebeldes" en Siria, y subrayó que todo lo que hizo cuando fue secretaria de Estado de EEUU fue "un error" y "un desastre".

Trump también aseguró estar en desacuerdo con su compañero de fórmula, Mike Pence, quien se ha mostrado partidario de responder a las "provocaciones" de Rusia en Siria y de lanzar ataques aéreos contra el régimen de Al Asad. Para el candidato republicano, que considera que la ciudad de Alepo "básicamente ya ha caído", lo fundamental es concentrarse primero en la lucha contra el ISIS.

Rusia "ha decidido a quién quiere ver convertirse en presidente de Estados Unidos, y no soy yo", comentó por otro lado Clinton. Así, la candidata se refirió a la acusación formal por parte del Gobierno de EEUU de que Rusia estuvo detrás de los recientes ataques cibernéticos contra personas e instituciones estadounidenses, incluido el Comité Nacional Demócrata (DNC), para interferir en las elecciones del próximo 8 de noviembre.

Cuando falta justo un mes para las elecciones del 8 de noviembre, la candidata demócrata y su contrincante republicano eran conscientes de lo mucho que se jugaban en el debate en el que la mitad de las preguntas las hicieron votantes indecisos de esa ciudad que fueron seleccionados por la consultora Gallup.

El riesgo era mayor para Trump, cuya actuación en el primer debate le perjudicó en las encuestas y quien ahora afronta una oleada de críticas tras la revelación este viernes de un video en el que hacía declaraciones denigrantes sobre las mujeres. "Trump no puede permitirse otro mal debate", dijo a EFE William Lowry, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Washington en St. Louis, donde se celebró el nuevo cara a cara.

Poco de más de una hora del inicio del debate, Trump Bill se presentó en Facebook Live con las mujeres que acusadon a Bill Clinton de agresión sexual: Juanita Broaddrick, Paula Jones y Kathleen Willey, a quienes calificó de "valerosas". Trump anunció que las tres estarán entre el público durante el debate. Con su presencia, el candidato republicano intentará contrarrestar el malestar ocasionado por su video de hace 10 años.

Mientras Clinton ha pasado los últimos días encerrada con sus asesores para practicar su lenguaje corporal y su estilo a la hora de responder directamente a las preguntas de los votantes, Trump le ha dedicado menos tiempo porque no necesita "ensayar cómo ser humano", según dijo la semana pasada al diario The New York Times.

Aún así, sus asesores le han obligado a mantener encuentros informales para prepararle y evitar que repita la improvisación que marcó su primer debate, especialmente dada su escasa experiencia interactuando con votantes indecisos. "Trump no empatiza demasiado bien con la gente que no forma parte de su base principal de votantes", explicó a EFE una experta en comunicación política de la Universidad de Boston, Tammy Vigil.

"Si percibe que la gente que le pregunta es 'anti Trump', aunque solo sean votantes indecisos, puede ponerse nervioso y sentirse tentado a contraatacar. Su temperamento puede volverse en su contra, especialmente al final de la noche. Como vimos en el primer debate, Trump es menos disciplinado a medida que pasa el tiempo", añadió.

Después del primer debate, en el que todas las preguntas las hizo un único moderador, Trump dijo que había estado a punto de atacar a su rival con las infidelidades del expresidente Bill Clinton, y amenazó con ser más duro con ella en el siguiente encuentro.

El formato de debate con preguntas de votantes ("town hall", en inglés) nació en las elecciones de 1992 y supuso un enorme impulso para la campaña de Bill Clinton, que competía contra el presidente George H. W. Bush y el candidato independiente Ross Perot.

El segundo debate se celebró en Missouri, un estado del medio oeste que colinda con el cinturón industrial de EEUU y en el que Trump le saca diez puntos de ventaja a Clinton, impulsado por amplias zonas rurales en las que "el derecho a portar armas, los impuestos y la oposición al aborto" mueven votos, según el experto local Lowry.

La mitad de las preguntas corrió a cargo de dos moderadores, los periodistas Anderson Cooper y Martha Raddatz.

Aunque aún queda un último debate, el 19 de octubre en Las Vegas, Nevada, muchos expertos creen que éste fue especialmente decisivo para Trump, dado que una nueva actuación decepcionante, sumada a los últimos escándalos, puede inclinar a algunos indecisos hacia Clinton y ampliar la ventaja nacional de la ex secretaria de Estado.

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