“Ellos vivieron más de dos años y mi hija apenas estaba viviendo”.
Con esas palabras la madre de Nikolette Rivera de alguna manera encontró paz luego de que se sacara de circulación el AK-47 con el que mataron a su hija en un acto de violencia armada en octubre pasado.
Y es que el arma en cuestión formo parte de la “Operación Zombie” que sacó de circulación una peligrosa pandilla de vendedores de armas en nuestra zona.
“Auqnue mi hija solo vivió dos años tuvo una mejor vida que la de ellos porque para que nos causaran tanto dolor ellos no tuvieron el amor de una madre como yo”, agregó Joan Ortíz en el cementerio donde yacen los restos de su pequeña.
La mujer, de origen puertorriqueño, visita casi a diario el camposanto para llevar arreglos florales y animados a la tumba de la menor.
Cabe recordar que Nikolette Rivera murió en brazos de su madre en el interior de la vivienda familiar cuando un pistolero abrió fuego tratando de alcanzar al padre de la niña. Un trabajador que limpiaba las alfombras de la residencia fue confundido con el progenitor y resultó herida en el acto de violencia armada.
Dos hombres fueron acusados por la muerte de la pequeña.
