Un tribunal condenó a prisión a los propietarios de un popular restaurante de cheesesteaks en Filadelfia por cargos de conspiración durante una década de fraude al IRS.
Se trata de padre e hijo, Nicholas Lucidonio, de 57 años, y Anthony Lucidonio Sr., de 84, quienes fueron sentenciados a 20 meses de prisión cada uno, según un comunicado de la Fiscalía Federal del Distrito Este de Pensilvania.
Los documentos judiciales y declaraciones hechas ante el tribunal indican que los Lucidonio son los dueños de Tony Luke's, un restaurante de sándwiches y carne con queso ubicado al sur de la ciudad.
De 2006 a 2016, ocultaron al IRS más de $8 millones en recibos en efectivo, entre otras cosas, depositando solo una parte del efectivo que recibieron en las cuentas bancarias comerciales de Tony Luke y proporcionando información incompleta a su contador, lo que provocó que su contador presentar declaraciones de impuestos falsas que declaraban ingresos y recibos comerciales sustancialmente inferiores.
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Los Lucidonio también cometieron fraude fiscal sobre la nómina al pagar a los empleados "fuera de los libros" en efectivo.
Para evadir la detección, pagaban a la mayoría de los empleados una parte de sus salarios "por los libros", y el resto en efectivo, sin retener impuestos federales sobre la renta, impuestos de Seguro Social y Medicare, ni pagando al IRS. No informaron estos salarios en efectivo a su contador, lo que provocó que el mismo preparara y presentara declaraciones trimestrales de impuestos sobre el empleo falsas ante el IRS.
Cuando surgió una disputa sobre los derechos de franquicia de Tony Luke entre los Lucidonio y otra persona en 2015, a ellos les preocupó que su plan de fraude fiscal fuera revelado, por lo que ordenaron que se modificaran las declaraciones de impuestos del año anterior para aumentar las ventas declaradas. Los Lucidonio continuaron ocultando su actual plan de impuestos sobre la nómina.
Como resultado de su plan de fraude fiscal, los demandados causaron una pérdida de más de $1.3 millones a los Estados Unidos.
“Durante una década, estos exitosos restauranteros manipularon audazmente las cuentas, engañando al gobierno y a los contribuyentes honestos por igual”, dijo la fiscal federal Jacqueline Romero. “Como lo demuestran esta investigación y enjuiciamiento, el fraude fiscal es un delito en el que hay mucho en juego y los infractores son plenamente responsables”.
“Cualquiera que esté pensando en hacer trampa en sus impuestos debe saber que los agentes especiales de investigación criminal del IRS trabajan incansablemente, durante todo el año, para investigar delitos fiscales y financieros”, dijo el agente especial de investigación criminal a cargo del IRS, Yury Kruty. "Nuestro mayor programa de aplicación de la ley está dirigido a la parte de los contribuyentes estadounidenses que deliberada e intencionalmente violan su conocido deber legal de presentar y pagar sus impuestos".
Además de las penas de prisión, el juez de distrito estadounidense Gerald A. McHugh ordenó a ambos acusados cumplir tres años de libertad supervisada.
